Bogotá.

«La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes. »

John Lennon.

Nos «escapamos» de Medellin y de su gran ambiente tras despedirnos de nuestros nuevos amigos del hostel. Como os comenté, a Bogota llegaría Iñigo, otro amigo que aprovechó sus vacaciones para conocer el país y reunirse con nosotros. Para llegar a tiempo a la cita pasamos casi todo el día en el autobús. Me impactó lo militarizada que estaban tanto la salida de Medellin como la entrada a Bogota con controles casi a cada kilómetro. Ya os he dicho varias veces que el país está completamente militarizado pero parece que estas dos ciudades se llevan buena parte de la seguridad del país al ser las dos más importantes. Tras otro largo día de autobús nos reunimos los tres en el hostel y nada más llegar nos llevamos una agradable sorpresa. En nuestro mismo hostel se hospedaba una chica de honddarbi (mi pueblo) !! Que pequeño es el mundo. Me habían hablado de ella porque también esta haciendo un largo viaje, pero no sabia quien era hasta que nos pusimos a hablar y empezamos a atar cabos. Increíble…cuatro hondarribitarras en el mismo Hostel de Bogota !!

El hostel esta en la zona de la Candelaria, el barrio antiguo de la ciudad, situado en pleno centro y con un encanto especial, con casitas pequeñas, casi todas las calles adoquinadas…y en un lugar perfecto para adentrarse por los museos y edificios emblemáticos de esta capital.

Llegar a Bogotá significaban dos cosas: encontrarme con un amigo y despedir al primero. Aun así coincidieron dos días, así que mi mayor obsesión era poder disfrutar de ellos, pero que disfrutaran del país en los días que iban a estar. Digamos que con uno, Beñat, ya habiamos recorrido buena parte del país pero Iñigo solo venia para una semana y me daba mas miedo quedarnos sin poder ver gran cosa. Así que durante esos dos días en Bogota pudimos visitar casi todos los museos, edificios y lugares importantes de la ciudad.

Empezamos por el museo del oro, el más famoso de Bogotá. Cuenta con una atractiva colección de piezas de oro que no fueron robadas por los españoles y que permanecieron en tierras colombianas. La verdad es que el museo me gustó más de lo que imaginaba. Cuenta con todo tipo de objetos, muchos con un trabajo espectacular y no fue tan monótono como me había imaginado.

Seguimos por el museo Botero, con una colección de este artista, considerado como el artista vivo más famoso y rico de la actualidad. Este museo me encantó. A sus gord@s, tanto en esculturas como en pinturas, hay que añadir una colección privada del artista para quitarse el sombrero… Picasso, Monet, Gauguin, Renoir, Gaudi, Miró, Rembrandt.. una colección al alcance de muy pocos particulares que este gran artista donó al museo que lleva su nombre.

Otra excursión interesante para pasar la mañana es una visita a Monserrate en teleférico o en tren. La vista desde este lugar situado en uno de los altos de la ciudad es espectacular divisando la ciudad desde una altura privilegiada y pudiendo tomar conciencia del tamaño de esta que ya supera los 8 millones de habitantes.

Para completar esta rápida visita a la ciudad no hay que olvidarse de tomarse una mañana para ir hasta Zipaquirá donde se encuentra la famosa catedral de sal. Esta se encuentra a unos 40 km de Bogota y se construyó a más de 100 metros de profundidad, tallada en el interior de una mina de sal. En realidad se hizo para proteger a los trabajadores pero poco a poco se fue ampliando y convirtiendo en una atracción turística. Es un lugar que impresiona por su belleza y por el descenso hasta el corazón de la mina recorriendo las distintas naves y capillas que conforman esta obra.

La mina de sal donde se encuentra todavía está en activo. Se trata de una aglomeración de sal en el interior de una montaña, que no se reproduce por una acción química como ocurre en los salares. Al contrario, esta es agotable pero al ritmo actual de extracción pueden seguir explotándola muchos años más. En cualquier caso estoy seguro que cuando se agote el mineral seguirán explotándola como atracción turística puesto que en la actualidad atrae a casi todos los visitantes de Bogota.

Para acceder hay que bajar una serie de galerías que nos llevan al interior de la mina. En realidad esta es la segunda catedral que construyen en su interior porque hace unos años hubo un problema en uno de los túneles de acceso a la original y tuvieron que abandonarla y construir la actual. Desde luego es algo único y original, así que adentrarse por sus paredes saladas hasta llegar a la cúpula central se convierte en un privilegio solo al alcance de los que se desplazan hasta este lugar especial.

Por lo demás, Bogota reúne todas las cosas buenas y malas de cualquier ciudad Latinoamérica. Como os decía el barrio en el que nos alojamos era ideal para salir a visitar la ciudad y alojarse en esa zona tiene sus ventajas ya que todos los museos están a uno minutos caminando así como el palacio presidencial, la catedral..etc… Además de estar bien situado el barrio acoge un buen numero de mercados artesanales donde como siempre hay que tener cierta practica en el arte del regateo para poder hacer una buena compra.

Pero también es verdad que una vez caída la noche el barrio se convierte en un lugar no muy recomendable, como casi todos los centros de muchas grandes capitales. Indigentes y «malandros» forman el paisaje nocturno de esta zona así que si se quiere salir de noche es preferible llamar a un taxi directamente hasta el hostel que caminar por sus estrechas calles a la búsqueda de uno…

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~ por vagabundeando976 en agosto 24, 2007.